* El PIB creció apenas 0.6% en el primer trimestre de 2025, según estimaciones del INEGI

Ciudad de México, 18 de junio de 2025.- Una de las habilidades más codiciadas del mundo empresarial es convertir los problemas en oportunidades. Eso mismo pasa con la situación económica actual, que ha llenado de incertidumbre los mercados mundiales debido a las disputas arancelarias y los conflictos globales que han escalado desde hace varios meses. ​

Instituciones como el Comité de Fechado de Ciclos de la Economía de México (CFCEM) aún no han determinado si México está entrando o no a una recesión, no porque no haya posibilidades de estar frente a una, sino porque todavía no hay suficientes indicadores para determinarlo. El INEGI ha informado que el PIB creció apenas un 0.6% en el primer trimestre de 2025, lo que habla de un contexto preventivo frente a posibles problemas para generar inversión el resto del año. ​

Lo prudente es tomar medidas preventivas frente a cambios económicos abruptos para los siguientes meses. Por ejemplo, hay empresas que bajan sus costos de producción o promueven cambios administrativos importantes. Los mercados de valores incluso ven cómo grandes empresas se hacen más pequeñas de la noche a la mañana por la pérdida de solvencia. ​

Sin embargo, tal vez sea momento de tomar varias estrategias de expansión, aprovechando los tiempos difíciles: ​

Buscar nuevos mercados: aunque no lo parezca, buscar introducir nuevos productos y servicios, sobre todo a precios accesibles, puede tener éxito en momentos en los cuales los consumidores pierden poder adquisitivo. ​
Formalización del negocio: En un entorno en el que la competitividad exige eficiencia, confianza y transparencia, la formalidad se posiciona como una estrategia clave para acceder a la nueva economía. Adoptar prácticas formales no solo permite a las empresas cumplir con sus obligaciones fiscales y laborales, sino que abre la puerta a financiamiento, alianzas estratégicas y participación en cadenas de valor más robustas. En este nuevo panorama, ser formal no es una carga, sino una ventaja competitiva. ​
Digitalizarse para expandir: Las herramientas digitales son un motor de cambio para las empresas. Si bien la adopción de soluciones tecnológicas puede parecer imponente en una primera instancia, los beneficios son mayores a la duración de la curva de aprendizaje de estas. Sistemas intuitivos y de fácil operación se convierten en aliados para cada una de las unidades de negocio, amplificando el crecimiento y optimizando la operación. ​

“Hoy más que nunca, la formalidad y la digitalización son herramientas de supervivencia y crecimiento para los microempresarios. En un entorno económico desafiante, quien lleva el control de su negocio, cumple con sus obligaciones y aprovecha la tecnología, tiene más posibilidades de acceder a clientes, financiamiento y nuevas oportunidades.” señaló al respecto David Ortiz, CEO de Siigo Aspel. ​

Sin importar qué estrategia utilices, lo fundamental es generar oportunidades de crecimiento y seguir planeando a futuro. Porque las crisis son pasajeras, pero no las necesidades de los consumidores y las oportunidades para crecer como empresa. ​

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