Ciudad de México, México. 19 de agosto de 2025.- Estados Unidos acaba de anunciar un giro importante en su enfoque hacia las criptomonedas. A través del llamado Project Crypto, la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) busca convertir al país en un líder global en innovación cripto. ¿Cómo? Creando reglas claras que ayuden a atraer inversión, proteger a los usuarios y facilitar el crecimiento de nuevas tecnologías como la blockchain.

En pocas palabras, el proyecto quiere que hacer negocios con cripto en EE. UU. sea más sencillo, más seguro y más atractivo. Eso incluye desde agilizar licencias para empresas hasta mejorar la coordinación entre agencias y aclarar qué tipo de activos son las criptomonedas. El objetivo: evitar la confusión y mostrar al mundo que regular bien no significa frenar la innovación, sino todo lo contrario.

Este cambio de enfoque envía una señal potente a mercados e inversionistas: las reglas claras no frenan la innovación; la impulsan. La pregunta que América Latina debe hacerse es si está dispuesta a aprovechar este momento… o dejarlo pasar.

El reconocimiento de que las criptomonedas y los activos digitales no van a desaparecer obliga a replantear la relación entre reguladores e industria. En palabras de un portavoz de Cloudbet: “Project Crypto representa un cambio significativo en el tono y la dirección de la SEC, y un paso bienvenido hacia una mayor previsibilidad. Durante años, las empresas cripto han debido equilibrar la innovación con la navegación de un mosaico legal complejo; esta señal abre un camino más claro”.

Importar marcos regulatorios “ya probados” puede parecer sensato, pero es una estrategia peligrosa. Según el mismo portavoz, “el principal riesgo para América Latina es sofocar sus ecosistemas al copiar modelos ajenos”. Cada país tiene condiciones económicas, sociales y tecnológicas propias, y necesita soluciones a su medida.

Un marco claro, proporcionado y flexible podría convertir a la región en un hub global de innovación. Para Cloudbet, “la oportunidad es inmensa: crear regulaciones claras, ágiles y proinnovación, adaptadas a las necesidades locales, que atraigan capital, talento y proyectos”. Esto requiere definiciones precisas, exigencias ajustadas al riesgo de cada iniciativa, capacidad de adaptación y alineación con estándares internacionales.

No es la especulación lo que lleva la tecnología a la vida diaria, sino los pagos, el comercio y el entretenimiento. “Plataformas como Cloudbet o Polymarket, que integran cripto en el núcleo de su modelo de negocio, son clave para la adopción”, señala un portavoz. “Mueven a la blockchain del terreno especulativo a la utilidad diaria, impulsando familiaridad y alfabetización entre los usuarios”.

Brasil ya avanza con marcos claros para proveedores de servicios; México cuenta con una Ley Fintech que sienta las bases para los activos virtuales; y Argentina se destaca por su talento y alta adopción ciudadana. “Los países que más progresan son los que apuestan por el diálogo proactivo con la industria, en lugar de quedarse en la inacción. Eso genera mayor certeza para el mercado y la inversión”, afirma el representante.

Cuando las reglas son difusas, los proyectos buscan jurisdicciones más seguras para operar. “El principal motor de la fuga de empresas no es la sobrerregulación, sino la incertidumbre”, advierte Cloudbet. El resultado: pérdida de inversión, talento y oportunidades fiscales para la región.

Regular no significa controlar cada movimiento, sino ofrecer un marco que inspire confianza y permita crecer. Como concluye el portavoz de Cloudbet, este momento debe entenderse “no como un riesgo que contener, sino como una oportunidad generacional para desarrollar mercados”. Pero sin educación financiera y digital, advierte, no habrá ecosistema seguro ni sostenible.

Si América Latina no actúa ahora, corre el riesgo de ser solo consumidora —y no creadora— en la economía digital del futuro. La decisión es clara: ¿quiere jugar en la cancha global… o mirar el partido desde la tribuna?

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