Ciudad de México, 1 diciembre de 2025.- Con el cierre del año y el incremento de las compras digitales, los smartphones se consolidan una vez más como los grandes protagonistas de la temporada. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), este producto tiene una penetración de compra del 63% en el retail actual y una incidencia de adquisición online de hasta el 39%, ubicándose entre los productos más adquiridos por los consumidores mexicanos. 

A su vez, la Concanaco Servytur reporta que, durante las campañas de descuentos de este año, la categoría de electrónica concentró hasta el 70% de la demanda, destacando los teléfonos celulares como uno de los artículos más buscados por los compradores. 

Nicolás Schiaffino, VP & Country Manager de PayJoy en México, explica que este fenómeno no solo refleja el papel del smartphone como dispositivo de comunicación o entretenimiento, sino su valor como herramienta de inclusión digital y financiera

“Para millones de personas, contar con un teléfono inteligente representa la posibilidad de acceder a educación, servicios financieros, empleo y plataformas de pago, en un contexto donde la conectividad es la base de la vida económica moderna”, explica. “No se trata únicamente de adquirir un dispositivo, sino de abrir la puerta a todo un ecosistema financiero que puede transformar su vida económica. Eso es lo que lo vuelve tan demandado, particularmente en poblaciones sub-atendidas”, añade.

 

Más que un regalo, tecnología con propósito 

El crecimiento de la venta online ha traído consigo una evolución en las formas de pago: los compradores digitales buscan alternativas al desembolso del monto total del dispositivo en una sola transacción y recurren cada vez más a tarjetas de crédito (con hasta 52% de las ventas online y 30% en tienda física), además de nuevas modalidades de pago diferido, puntos o bonificaciones, que permiten distribuir los gastos de forma flexible. 

Estas opciones muestran una clara preferencia por mecanismos que brinden accesibilidad y planeación financiera, especialmente en productos de alto valor como los teléfonos inteligentes. 

En ese contexto, los modelos de financiamiento colateral, como el que ofrece PayJoy, juegan un papel clave. Permiten que quienes no pueden desembolsar el costo total de un dispositivo de contado accedan a él de manera segura, sin comprometer su estabilidad económica. Esto no solo impulsa la digitalización del país, sino que amplía la base de usuarios que pueden participar activamente en la economía digital formal. 

“Cuando el crédito se utiliza con propósito para adquirir una herramienta que habilita oportunidades, deja de ser un pasivo y se convierte en un motor de crecimiento”, agrega Schiaffino. 

 Más allá del pico estacional de compras, la tendencia confirma que el smartphone es un producto altamente demandado por el impacto que genera en materia de inclusión financiera. Un ejemplo son las madres trabajadoras que son usuarias de PayJoy, quienes declaran (55%) que sus ingresos se incrementaron tras adquirir un teléfono con la plataforma. 

Hoy el smartphone representa una puerta de entrada al ecosistema digital y no solo un aparato de consumo. Brindar opciones de crédito bien diseñado y flexible que permitan a cada vez más mexicanos adquirirlos y convertirlos en punto de partida hacia un nuevo negocio o un mejor nivel de vida, tiene un impacto directo en materia de inclusión para quienes han sido subatendidos por la banca tradicional. 

En conclusión, la adquisición de un smartphone es más que un regalo deseado cuando se adquiere mediante un esquema de financiamiento colateral; es una herramienta de acceso, conexión y progreso en un país en el que solo uno de cada tres adultos en México tiene acceso a un crédito formal.

La conversación ya no gira en torno a cuántos dispositivos se compran anualmente y en épocas decembrinas, sino en cómo son adquiridos y cuál es el propósito de dicha adquisición, para genuinamente ofrecer esquemas que abonen a construir un historial, digitalizar más microemprendimientos y crear oportunidades, en lugar de fungir como un gasto navideño. 

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